domingo, 2 de agosto de 2009

Aromas, sabores y sensaciones....



Hoy desperté con una rara sensación de intranquilidad, pero no era una estado desagradable, repentinamente había despertado con la agradable sensación de haber recuperado una de las habilidades, por así llamarla, que por los avatares de la vida, enseñanzas y esas cosas había perdido o simplemente escondido en algún lugar del oscuro bosque de mis recuerdos.
Me desperté aún deleitándome con el aroma de ese perfume encantador, tan familiar y la vez despertando en mi una vieja sensación ya perdida.
Esa fragancia tantas veces reconocida, pero que por primera vez significaba eso; aún confundido seguí intentando reconstruir momentos de hace algunas horas los cuales no hicieron mas que recordarme sensaciones enmascaradas, las cuales había envuelto en un manto de postergación ante el miedo de volver a sufrir, pero que tu has devuelto y por la puerta grande.
Pensé, debo confesarlo, en ese momento un par de veces, pero cuando menos lo esperaba paso, y cuando paso sentí que era un error, un error del cual nunca me arrepentire, si debo ser juzgado y condenado abyectamente a cumplir con los peores castigos, debo admitir que los padecería hidalgamente y con solo extraviarme en los recuerdos de esos momentos dichos flagelos pasarían a ser meras anécdotas.
Y que esto sirva de manifiesto, en contra de comportamientos impropios de viles y bajos tontos, que no saben valorar aquella flor que no crece todos los días, que con su sonrisa es capaz de hacerme olvidar mi mas fiel promesa de amistad y protección.
Es entonces que debo decirte que a pesar de lo que tanto he cuidado, mi inocuo comportamiento violentó sin reparo aquello que es tan importante para mi y que íntimamente me prometí cuidar, comportamiento que producto del encantamiento de mi mente bajo un hechizo maravilloso, me dejo actuar, sentirme vivo de nuevo, como una veleta que se mueve y al viento no obedece.
Pude escuchar entonces versos no propios, pero que los hago mios porque contienen la esencia de lo que ayer pude volver a sentir, dejarme llevar después de tanto tiempo fue reconfortante, saber que aún pecando pude ser feliz, Como una herida en el corazón que no me duele; Como una nube cargada de agua que moja la tierra seca; como la manta que me protege cuando el invierno llega; como esa vela que se prende y me rescata de la oscuridad.
Debo, y estoy, completamente agradecido por cómo recordé que me podía sentir, así ese momento haya sido efímero, breve, fugaz, momentáneo, pasajero, perecedero no importa, lo que haya durado, debo estar compeltamente agradecido por como me volví a sentir, fue como encontrar esa calle que siempre te lleva a tu destino, ese bar en la carretera donde te detienes a descanzar, esa ventana que aún cerrada deja pasar el viento; agradecido a los absorbentes, encantadores y cautivantes aromas, sabores y sensaciones que esa noche me dejo.

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